En nuestra redacción, esta secuencia arranca hace quince días (más exactamente, el 27 de enero ppdo.), cuando un cable de Noticias Argentinas hizo saber que “un empleado infiel, de 24 años, terminó tras las rejas luego de que al ser despedido de la empresa de seguros donde trabaja, creara una cuenta en Facebook falsa sobre la misma entidad y ofreciera los servicios a bajo costo. Habría estafado a varias personas en las ciudades Capital y La Banda. Las investigaciones (…) iniciaron hace aproximadamente dos semanas, cuando una mujer identificada como Mónica Gutiérrez, gerente de la empresa de Seguros BLA, compareció en sede policial y radicó la denuncia”.
“Empresa de Seguros BLA”, que resultó ser BMA y que, en cualquiera de los casos, no es una aseguradora habilitada, como legalmente corresponde. Ergo: estábamos en presencia de lo que en la jerga del delito, se conoce como una “mejicaneada”: un ladrón robándole a otro ladrón. Pero aquí no caben ”cien años de perdón”…
¿Y entonces?
De inmediato nos pusimos en contacto con el presidente de APAS Santiago del Estero, el amigo Daniel Rosemberg, quien nos ilustró, en detalle, respecto del accionar de dos grupos de operadores marginales, y prontamente nos hizo llegar gran cantidad de material, que hoy ilustra este Informe. En contactos posteriores con algún otro amigo, obtuvimos también interesantes aportes.
Resumiendo: en esa zona (Santiago Capital, La Banda, Clodomira, etc.) están operando al menos dos grupos:
- El aludido BMA, que se presenta -según el caso-, como BMA Compañía de Seguros, BMA Brokers de seguros, o BMA Seguros, o BMA Cooperativa. Como verá, estimado lector, todas las posibilidades a su servicio…
- Y SLD Broker de Seguros y VOY Seguros. Una nota “de color”: un gentil corresponsal voluntario, nos hace saber que la denominación “SDL”, surge de la primera letra del apellido de los presuntos “socios” del emprendimiento: un ex empleado de la municipalidad de La Banda, un remisero y un empleado de la boletera de la terminal de ómnibus. Gente emprendedora…
Acotación interesante: en uno de los documentos que presentamos (Anexo 9), obra la firma de un tal Jorge Rossi, quien alega poseer matrícula 88.251 (Obsérvese que la última habilitada por la SSN es la nº 83.119 Un adelantado a la época, el hombre).
Asimismo, nos pusimos en contacto con funcionarios de Orbis Seguros y de Escudo Seguros, empresas que tangencialmente se vieron envueltas en esta trama, por cuanto en distintos certificados de cobertura y recibos, figuraba su logo. En ambos casos nos informaron que desmentían rotundamente esa participación, por cuanto nunca operaron con estos pseudo-intermediarios. En el caso de Escudo, nos hicieron llegar copia de una presentación ante la Superintendencia de Seguros, el 16 de octubre ppdo.
Algunos documentos demostrativos de su accionar:
Anexo 1: Certificado de cobertura…Eduardo
Anexo 2: Recibo de pago…Eduardo
Anexo 3: Recibo de pago…Claudio
Anexo 4: Certificado de cobertura…Julio Ramón
Anexo 5: Constancia de cobertura…Julio Ramón
Anexo 6: Constancia de cobertura…Adrián Alejandro
Anexo 7: Constancia de cobertura y recibo…Luciano
Anexo 8: Solicitud de cobertura SLD..Ariel Lilian
Anexo 9: Recibo de pago…Mariel
Anexo 10: Denuncia de siniestro…Adrián Alejandro-primera parte
Anexo 11: Denuncia de siniestro…Adrián Alejandro-segunda parte
Anexo 12: Denuncia de siniestro…Ramón Federico -primera parte
Anexo 13: Denuncia de siniestro…Ramón Federico -segunda parte
Anexo 14: Cartel de SLD Broker
Anexo 15: Cartel de SLD Broker y tarifas
Anexo 16: Cartel de SLD Broker-tarifas
Anexo 17: BMA COMPAÑÍA DE SEGUROS-SUCURSAL CLODOMIRA
Anexo 18: Figuración en guía
Anexo 19: En google
Anexo 20: En páginas amarillas
Anexo 21: En Faceboook
Colofón
La documentación que presentamos, es contundente y suficientemente ilustrativa del descarado accionar de estos depredadores.
Confiamos en una pronta y contundente intervención de la Superintendencia de Seguros de la Nación, para poner punto final a esta situación, que no sólo implica actividades totalmente apartadas de la ley sino, que paralelamente, están perjudicando la profesional actividad de las aseguradoras y los productores asesores debidamente habilitados y, en definitiva, dañan la imagen institucional del Seguro.
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