25|11|2016

LA FALTA DE TRANSPARENCIA, OSCURECE (Y ALIMENTA A LOS DEPREDADORES)

Es del caso recordar que, en su segunda acepción, “depredar” significa: “Dicho de un animal: Cazar a otros de distinta especie para su subsistencia”.

Y la palabrita la usamos frecuentemente, para identificar a algunas aseguradoras con pies de barro y a algunos productores inescrupulosos que, para subsistir, desvían la atención sobre su reprochable accionar, haciendo correr versiones sobre sus competidoras/competidores.

Vamos al caso concreto, originado en la decisión de la SSN de no publicar todas la Resoluciones que impliquen medidas precautorias respecto de alguna aseguradora.

Desde aquellos borrascosos tiempos de los ’90, con sus recordadas 110 liquidaciones forzosas, no asistíamos a un fárrago de dimes y diretes, versiones cruzadas, etc., como las que padecimos en los últimos diez días, cuando el viernes 11 (aparentemente con origen en la zona de Cuyo), algunos lanzaron una cadena con un presunto alerta emitido por la SSN, “informando” que tres aseguradoras se encontraban inhibidas y con suspensión de emisión.

A partir de allí, todos los que tenemos algún lugar en el mundo informativo del seguro, nos vimos ametrallados con llamadas, mails, mensajes, etc., por aquello de que “el pueblo quiere saber” (reconozcamos: algunos, con morbo).

En nuestro caso, palabra más, palabra menos, el esquema de respuesta fue y sigue siendo este:

  • Empezamos por reconocer que es tal la oscuridad existente en esta materia, que no nos animamos a asegurar si lo que vemos al final del túnel es la luz de salida, a si se trata de una moto que avanza hacia nosotros… Pero, al menos dejemos estos indicadores.
  • El único caso oficializado es el de Antártida, tal como lo dimos a conocer en su momento. Que implica inhibición, pero no suspensión de emisión.
  • En la propia Superintendencia se nos informó que, el mismo día del dictado de la Resolución respecto de Antártida, hubo una medida cautelar similar para otra aseguradora, pero que ella no será difundida, tal como -a nuestro criterio- lo ordena la ley 20091. Todo ello lo explicamos, en detalle, en la nota a que aludimos en el ítem 1).
  • Entonces tendríamos dos inhibiciones: una de conocimiento público y otra “reservada”. Decimos “tendríamos” porque un prestigioso medio colega informó que las involucradas en esta “melange” eran tres y no dos.
  • Ahora, reconociendo que el paciente lector ya estará suficientemente confundido, haremos algún aporte más al respecto. Efectivamente, puede que sean tres: Antártida, la “reservada” y…y…una inhibición de hace un par de años que, según algunos analistas, nunca fue revertida.
  • Como decía Sofocleto, el caos es lo único que se organiza solo. Y esto sucede cuando EN LUGAR DE TRANSPARENCIA, NOS BRINDAN OSCURIDAD.
  • Fíjese usted: respetando un principio periodístico al cual no vamos a renunciar, no podemos ni debemos decirle al lector que, al parecer, se trataría de las aseguradoras “A” y “B”, o quizás de las “C” y “D” o… Simplemente, porque se trata de meras suposiciones, aun cuando basadas en el conocimiento de cuáles son las entidades “con pies de barro”. Eso no es serio y, obviamente, no figura en nuestro manual.

Para ir tratando de cerrar el tema: este escriba confiesa que, a nivel público, se siente cada vez más solo en este camino que viene recorriendo desde 1984, aunque ello no lo apartará de la senda, primero por propia convicción y, segundo, porque en el ámbito privado, muchos connotados representantes de aseguradoras y de productores, que rasgan sus vestiduras ante esta actitud de las autoridades de control, acompañan con fervor nuestras reflexiones en esta materia. Pero a nivel público: zilencio stampa. El célebre: animémonos y vayan… Callar, al igual que lo hicieron recientemente cuando un par de periodistas notorios, se permitieron generalizar y poner al mercado de seguros (genéricamente), como receptáculo de corrupción, negociados, mercado negro, etc. Si usted, amable lector, piensa que exageramos, dedique 5:48 minutos para escuchar el audio respectivo.

Por otra parte, nos consta que en el Organismo de Control, las aguas están divididas, pero los “principistas” no consiguen torcer el brazo de quienes, so pretexto de evitar “corridas”, optan por el oscurantismo y la indefensión de asegurados y terceros.

Para ellos, va esta sugerencia que emitimos hace más de diez años (1) y que, lamentablemente tiene plena vigencia: “déjeme elegir a mí”.

Usted, Superintendencia, cumpla la premisa básica de la ley 20091: la defensa irrestricta del asegurado. Esto es, hágame saber la situación de cada aseguradora porque, a partir de allí, cada uno sabrá si sigue confiando sus bienes, responsabilidades e intereses a una aseguradora inhibida, según el análisis del caso que formule libremente. Pero usted, Superintendencia, no puede ocultarme la realidad porque estima que la situación de crisis será sólo temporal (acotación: la inhibición “reservada” desde el 2 del corriente, hasta anoche seguía vigente) . ¿Qué pasa por la cabeza de estos iluminados funcionarios (respetabilísimos en todos los restantes terrenos), que en éste se creen dueños del oráculo? Tienen que saber que no les está permitido este juego peligroso y hasta perverso: su función irrenunciable es cumplir con la ley.

El día en que lo hagan, no habrá oscuridad, sino transparencia. Desaparecerá esta repudiable cadena de información falsa. Las aseguradoras serias no tendrán que salir a explicar que no están en la lista negra, los productores que cumplen debidamente su rol, tampoco. Vale decir, la inmensa mayoría de los “operadores” del mercado podrán trabajar en paz y sin perder tiempo en estos dimes y diretes (y los depredadores no tendrán alimento…)

Y, lo más importante, los asegurables, asegurados y terceros, sabrán que están debidamente respaldados por el Organismo de Control.

Amén.